| “Yo vi cómo Musa abusaba de una compañera en la Side” | |
| Impacto. Orlando Ledesma Miranda, ex preso político que compartió la detención con Cecilio Kamenetzky y que declaró ayer ante el Tribunal, dijo que lo sacaron de su celda y lo condujeron a una habitación donde pudo ver a Azar Curi quien “tenía entre sus piernas, abusando a una compañera que estaba con su mirada como perdida”. El testigo aseguró, enseguida, que “todas las noches se llevaban a nuestras compañeras para violarlas”. | |
| Tomás Garbi. |
En ese marco, durante las declaraciones se desprendieron datos relevantes como la afirmación de que Kamenetzky fue
| Ramiro López Veloso. |
En el transcurso de la prolongada jornada, que se extendió desde 11 hasta las 19, se escucharon los testimonios de los ex presos políticos Pedro Ramírez (54), Orlando Ledesma Miranda (60), Walter Bellido (54), Cristina Torres (58), Luis Ávila Otrera (73) y Ramón Santillán (66). En tanto, los tres acusados evitaron nuevamente cruzarse con los testigos y optaron por seguir la audiencia en una sala contigua a través de un circuito cerrado de televisión que transmitió las instancias del proceso.
Durante sus relatos, los seis testigos afirmaron que tenían conocimiento de que tanto Kamenetzky como Mario Giribaldi fueron fusilados, mientras que Bellido y Ávila Otrera ofrecieron detalles de lo que vivieron la noche en que el joven estudiante fue baleado en la sede de avenida Belgrano casi Alsina, ya que permanecían detenidos en el lugar.
En ese sentido Bellido, que fue detenido en tres ocasiones por el personal a cargo de Azar Curi, relató que mientras se encontraba alojado en la DIP llegó Kamenetzky, que venía del Penal de Varones y que inmediatamente se formalizó un cierto compañerismo. “Cecilio era muy inteligente y capaz, lo admiraba porque tenía mi edad y sabía muchísimo más que yo, que me creía inteligente y que estudiaba medicina; pero también tenía mucha inocencia”, sostuvo Bellido.
El testigo agregó que compartieron muchos momentos con Kamenetzky. Bellido recordó que el día antes de la muerte de Cecilio, a la noche, los custodios le habían acercado una comida exquisita y que Galloso, otro de los detenidos, había expresado que parecía “la última cena”.
En efecto, al día siguiente, al poco tiempo de dormirse, se despertaron por los ruidos de balas que había en el lugar. “Hacía un rato que nos habíamos quedado dormidos, eran casi las doce de la noche, cuando escuchamos una increíble balacera; yo no viví lo que fue Vietnam, pero imagino que debe haber sido algo parecido”, relató.
El ex preso político narró que ni a él ni a sus compañeros se les ocurrió salir del lugar y que los efectivos que realizaban las guardias les dieron la orden de que permanezcan quietos y de que no intentaran hacer nada. Luego de ello se enteraron de las muertes de Kamenetzky y Giribaldi “habían sido fusilados en un supuesto intento de fuga”.
“Mataron al Rusito”
Por su parte, Luis Ávila Otrera, que había sido detenido el 24 de junio de 1976 y se encontraba en otra habitación de la DIP, diferente a la de Bellido, también se alteró con los ruidos ocasionados de lo que -supone- fue una Itaka.
Ávila Otrera llegó a la sede de la DIP desde el Penal de Varones. “Creo que me ubicaron en una cocina, supongo eso por el fuerte olor a yerba que había en el lugar; en una de esas viene un policía y me dice ‘no te muevas que esta noche hay fiesta’ y eso me llevó a pensar que se trataba de mi muerte, que me iban a matar”, narró al agregar que un rato después escuchó unos pasos fuertes -“como de botas”- y algo que arrastraban, “como si fuera un cuerpo”.
“Escuché una ráfaga de balas, gritos y al final el tiro como de una pistola, como si fuera el remate; después vino un policía y me dijo ‘el Turco se mandó una cagada, lo mataron al Rusito’ y luego se fue. A mí me quedaron dando vuelta dos cosas en la cabeza, que habían matado a un compañero y debía esperar mi turno”, relató el testigo.
El mismo Ávila Otrera fue quien contó que durante su detención, mientras lo golpeaban y lo obligaban a firmar una declaración armada, Tomás Garbi hizo pasar a la sala a alguien al que trataba de “doctor” al que le decía: “Mire, pide la intervención de un juez, no sabe cómo le va ir”, y mientras se retiraba el personaje al que identificó “por su olor a perfume”, el ex policía y actual imputado en la causa le expresó: “Te das cuenta que somos los dueños de la vida y de la muerte de todos ustedes…”.
El testigo, que se desempeñaba como al momento de su detención como bancario, relató también a los tormentos a los que fue sometido por parte de los represores. “La primera vez me llevaron a la DIP, me desnudaron, me acostaron en una cama elástica y me agarraron con la picana eléctrica hasta que quedé inconsciente, con el tiempo me enteré que en realidad me había agarrado un paro cardíaco”, declaró.
Luego de ello Ávila Otrera se despertó en una habitación junto a otros presos, quienes se lamentaban la manera en la que había sido tratado por parte de los policías. “En ese momento los quise más que nunca a mis compañeros por ese acto de solidaridad, porque ellos estaban más golpeados que yo; eso me dio fortaleza para seguir adelante”, señaló el testigo.
Durante la ronda de declaraciones, los testigos expresaron que durante sus detenciones y allanamientos -sin órdenes judiciales- que realizaron en sus domicilios los represores se quedaron con muchas de sus pertenencias. En el caso de Ávila Otrera, se apropiaron de un automóvil, una biblioteca entera y una máquina fotográfica, entre otros objetos de valor.
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