Son un grupo de metales, de difícil ubicación y muy codiciados en todo el mundo para la fabricación de tecnología de punta. Su cotización supera a la del oro. Científicos del Conicet determinaron que el yacimiento de Santiago abarca cuanto menos unos 15 kilómetros cuadrados. EL LIBERAL/José Luis Pérezace poco más de cuarenta años, un grupo de geólogos realizó las primeras excavaciones en Jacimampa, un pequeño paraje en las sierras del departamento Quebrachos. Habían ido en busca de manganeso, pero después de meses de picar piedras se dieron por vencidos. Tan sólo habían encontrado extrañas rocas cuyos componentes no merecían –en aquel momento- mayor atención.
Ni remotamente se hubieran imaginado que algunas décadas más tarde, aquellas mismas rocas tendrían un valor superior al oro y que, sin proponérselo, habían encontrado uno de los pocos lugares en el planeta que cuenta con una combinación de elementos minerales que atrae la atención de las principales potencias, interesadas en la producción de elementos de tecnología de avanzada vinculadas a la industria automotriz, de telecomunicaciones y armamento.
Se trata de las denominadas “tierras raras livianas”, sustancias que se encuentran en muy pocos lugares del mundo y que tienen numerosas aplicaciones de alta tecnología, como láseres, fibra óptica, imanes, lentes especiales, computadoras portátiles, energía solar y medicina nuclear, entre otras.
Fueron geólogos del Conicet (Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina) quienes redescubrieron en el año 2005 este yacimiento de minerales poco comunes, que también fueron encontrados después en las provincias de San Luis, Córdoba, La Rioja, Catamarca y Salta.
Esto despertó inmediatamente el interés de grandes compañías, como Gaia Energy, que desde finales del año pasado apostó en el lugar un equipo de profesionales que recorre los montes espinosos de Jacimampa para tratar de determinar la extensión de lo que promete ser uno de los mayores depósitos de “tierras raras” del continente.
A tal punto llega el potencial encontrado en este rincón del mapa santiagueño, que Julio Ríos Gómez, presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina, llegó a decir que estos hallazgos hicieron que “las mineras volvieron a poner a la Argentina entre las zonas más ricas en cuanto a la disponibilidad de este recurso”, y que “eso asegurará inversiones a largo plazo”.
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