La administración del gobernador de Santiago del Estero estaba directamente involucrada en los experimentos del laboratorio británico con humanos que provocó 14 muertes. El hermano del ministro de Salud era quien realizaba los experimentos. La Casa Rosada tampoco hizo nada para evitarlos: “Ocaña nos decía que no podía hacer nada. Manzur ni nos atendió”, afirmó a LPO Jorge Yabkowski, titular de la federación de profesionales de la Salud.
Cristina Kirchner se desentendió de los vínculos entre el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, con laboratorio británico GlaxoSmithKline, multado con un millón de pesos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que lo encontró responsable de realizar ensayos clínicos irregulares que ocasionaron 14 muertes.
La mitad de esas víctimas se registró en Santiago del Estero, cinco en Mendoza y dos en San Juan. Pero en la primera provincia la operatoria dejó más expuesto a la administración provincial: el encargado de habilitar las polémicas investigaciones era Enrique Smith, hermano de Juan Carlos, por entonces ministro de Salud de la provincia.
Así lo atestiguaron los afiliados a la Federación de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa) que iniciaron la denuncia y remarcaron las implicancias políticas del procedimiento.
“La operatoria que vimos era la siguiente: reclutaban a gente pobre de manera espuria, por 30 o 40 pesos. La llevaban a los hospitales o los centros de Salud, le daban una vacuna, ponían a dos mamás como parte del testeo independiente y les prometían una obra social. Esto sucedió entre 2005 y 2007”, relató a LPO Jorge Yabkowski, titular de la Fesprosa.
“Después empezaron los primeros fallecidos y varios querían salir del programa pero los amenazaban con sacarles los planes”, completó. En 2008 el Anmat tomó la denuncia y comenzó una investigación que finalizó en la multa ahora ratificada en la justicia. Pero nada se habló de las responsabilidades políticas.
“(La ex ministra de Salud Graciela) Ocaña nos dijo que no podía intervenir en los hospitales provinciales porque no tenía jurisdicción. Y Manzur nunca nos recibió”, se lamentó Yabkowski.
GlaxoSmithKline es la tercera mayor farmacéutica del mundo por facturación, con 33.998 millones de euros en 2010. La vacuna en cuestión es la Antineumocócica conjugada 10 valente, aprobada en más de 85 países (incluidos los 27 de la UE) a partir de 40 estudios hechos en países como España, Francia y Alemania.
La actitud de Zamora difirió mucho de la que tomó en 2005 el entonces intendente de Córdoba, Luis Juez, quien sancionó a 12 médicos del Hospital infantil y al infectólogo Jorge Tregnaghi, a cargo del Centro de Desarrollo de Proyectos Avanzados en Pediatría (Cedepap), en el que Glaxo desarrollaba las polémicas vacunas.
Tregnaghi no perdía tiempo al momento de combatir a sus detractores. Querelló por calumnias e injurias a Juez y a Yabkowski, quien dijo a LPO que ganó ese juicio. No fue el caso del intendente cordobés.
La primera advertencia que encontró Yabkowski sobre el peso político del programa de vacunación en Santiago del Estero fue que Zamora declaró de interés provincial el programa, “una manera de darle protección política”.
Ocurre que Zamora lejos de ser discriminado por el Gobierno fue bendecid con la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, a cargo de Norma Amada Abdala Matarazzo.
La mitad de esas víctimas se registró en Santiago del Estero, cinco en Mendoza y dos en San Juan. Pero en la primera provincia la operatoria dejó más expuesto a la administración provincial: el encargado de habilitar las polémicas investigaciones era Enrique Smith, hermano de Juan Carlos, por entonces ministro de Salud de la provincia.
Así lo atestiguaron los afiliados a la Federación de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa) que iniciaron la denuncia y remarcaron las implicancias políticas del procedimiento.
“La operatoria que vimos era la siguiente: reclutaban a gente pobre de manera espuria, por 30 o 40 pesos. La llevaban a los hospitales o los centros de Salud, le daban una vacuna, ponían a dos mamás como parte del testeo independiente y les prometían una obra social. Esto sucedió entre 2005 y 2007”, relató a LPO Jorge Yabkowski, titular de la Fesprosa.
“Después empezaron los primeros fallecidos y varios querían salir del programa pero los amenazaban con sacarles los planes”, completó. En 2008 el Anmat tomó la denuncia y comenzó una investigación que finalizó en la multa ahora ratificada en la justicia. Pero nada se habló de las responsabilidades políticas.
“(La ex ministra de Salud Graciela) Ocaña nos dijo que no podía intervenir en los hospitales provinciales porque no tenía jurisdicción. Y Manzur nunca nos recibió”, se lamentó Yabkowski.
GlaxoSmithKline es la tercera mayor farmacéutica del mundo por facturación, con 33.998 millones de euros en 2010. La vacuna en cuestión es la Antineumocócica conjugada 10 valente, aprobada en más de 85 países (incluidos los 27 de la UE) a partir de 40 estudios hechos en países como España, Francia y Alemania.
La actitud de Zamora difirió mucho de la que tomó en 2005 el entonces intendente de Córdoba, Luis Juez, quien sancionó a 12 médicos del Hospital infantil y al infectólogo Jorge Tregnaghi, a cargo del Centro de Desarrollo de Proyectos Avanzados en Pediatría (Cedepap), en el que Glaxo desarrollaba las polémicas vacunas.
Tregnaghi no perdía tiempo al momento de combatir a sus detractores. Querelló por calumnias e injurias a Juez y a Yabkowski, quien dijo a LPO que ganó ese juicio. No fue el caso del intendente cordobés.
La primera advertencia que encontró Yabkowski sobre el peso político del programa de vacunación en Santiago del Estero fue que Zamora declaró de interés provincial el programa, “una manera de darle protección política”.
Ocurre que Zamora lejos de ser discriminado por el Gobierno fue bendecid con la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, a cargo de Norma Amada Abdala Matarazzo.
Fuente : http://lapoliticaonline.com
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