Tuve la ocasión de acompañar un grupo de representantes de algunas familias indígenas, que tramitaban una entrevista con funcionarios del Intitulo Nacional Indígena en Buenos Aires, familias que han sido desalojadas de sus tierras en la Provincia de Santiago del Estero donde han vivido casi cien años. Gente trabajadora en su tierra amada.
Ahora aparece un terrateniente que posee miles de hectáreas con una orden de desalojo, ¿legítima? El operativo estuvo a cargo de uniformados quienes destruyeron sus ranchos, rompieron sus herramientas de trabajo, entre ellas arados artesanales hechos por sus propias manos, arrasaron sus corrales y luego, fuego para que no quede ningún rastro de que allí vivió alguien. Por las dudas ¿sabe?
Sé muy bien lo que sucede en varias provincias donde esos pueblos sufren injusticias, violencia y total privación de su dignidad como personas y comunidad, ni hablemos de la posibilidad para ellos de acceso a la justicia, su salud minada por el mal de chagas, tuberculosis y desnutrición. Pueblos ricos en su cultura, empobrecidos por la indiferencia y la exclusión.
Las personas en situación de calle son perseguidas en la Ciudad de Buenos Aires por la Unidad de Control de Espacios Públicos, sufriendo violencia física, rotura de sus documentos y sus pocas pertenencias.
Una huerta comunitaria en Caballito fue invadida por topadoras con la complicidad de la Policía Federal atacando el Centro Comunitario incluso ocasionando la internación de un voluntario. Vale preguntar ¿acaso es delito ser pobre?
Conocí a alguien que se fundió porque su ética no le permitía pagar retornos a funcionarios de gobierno.
Ahora, otra vez, ha vuelto el tema de la pobreza, tema que va y viene como las olas del mar.
Es muy difícil hablar de pobreza en un contexto de tanta riqueza concentrada en ricos empresarios rurales que tienen la casi mayoría de sus peones trabajando fuera de la ley, terratenientes que reclaman más beneficios y ventajas porque tienen poder económico y político . Es como el mundo al revés, distribución de la riqueza entre los ricos.
¿Por qué no hablar de la riqueza? De quienes tuercen la ley y el derecho porque tienen gran poder económico.
Hablemos de las enormes ganancias de las empresas extranjeras que extraen de nuestro suelo sus ricos minerales. De las enormes ganancias de las estrellas del espectáculo o del deporte o de quienes han sacado del país sus dineros en tan elevadas sumas comparables con la deuda externa.
O ¿no será mejor hablar de equidad y justicia, de la necesidad de un transparente proceder y de luz en aquellos lugares oscuros donde se arreglan manejos económicos que tanto perjudican a los pobres?
La pobreza es un concepto, los pobres son personas que claman dignidad humana de quienes se la quitan, cuando se la den integralmente comenzaremos a transitar el camino de las soluciones. + (PE)
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