Durante la realización de la Asamblea General de la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita (UNPD) en el Ayllu de Puncu Atun, territorio diaguita de Soconcho (Departamento Atamisqui, Santiago del Estero) se pudo realizar esta entrevista a Reinaldo Ledesma, delegado del Ayllu de la Comunidad de Codo, quien contó de la actualidad de las comunidades en esa provincia. La entrevista fue realizada por Calchaqui, del Área de Prensa de la UNPD. CONTRAPUNTO EDICIÓN IMPRESA.
- ¿Cuántas Comunidades Diaguitas hay en Santiago del Estero?
- En Santiago del Estero, son ocho comunidades que han hecho un proceso de auto-reconocimiento como Comunidades o Ayllus Diaguitas.
- ¿Por qué se ha ido dando este proceso de auto-reconocimiento?
- En realidad fueron como dos procesos: uno ha sido un proceso propio, natural de las mismas comunidades durante mucho tiempo. Fueron siglos de conservar la identidad a través de la lengua, las costumbres, la forma de vida. A través de la enseñanza de lo que se transmitía, de la forma de organizarse, en quien depositar respeto.
Ha sido un proceso, hace ya unos aproximadamente diez años atrás se comenzó a hacer una especie de reflexión de las mismas comunidades sobre ese proceso. Se empezó a ponerle palabras a algo que estaba pero no se sabía cómo nombrarlo decir ‘esto es lo que somos, por eso vivimos así’.
- ¿Qué relación hay con los campesinos como organización?
- Tenemos una relación estrecha acá en Santiago del Estero, porque partimos de estar situados -tanto comunidades indígenas como campesinas-, en un mismo eje de problema: el de la tenencia de la tierra.
Quizás la diferencia está en que el reclamo de las organizaciones campesinas apunta al tema de la tierra y en el caso de las comunidades estamos hablando del reconocimiento del territorio. Pero hay una relación, propia de quien necesita aliarse en la lucha con el otro para pelear contra un enemigo común, que son los terratenientes, los empresarios que llegan con un fuerte respaldo político y que cuentan con un poder judicial e institución policial a su servicio. Todo está puesto para que ellos puedan cumplir con sus objetivos, por lo que ante ese gigantesco monstruo, hay que buscar más lo que une, que buscar las diferencias que puedan llevar a debilitar la lucha.
- ¿Qué palabras tienen para la comunidad de Amaicha, para las Comunidades Indígenas del Valle Calchaquí?
- Nosotros desde acá desde Santiago del Estero, hemos aprendido mucho de los hermanos de los tres valles de allá, desde que nos hemos reencontrado. Nuestros antepasados hace ochocientos años han bajado de esos valles y se han afincado aquí en este lugar. Así que la relación está, y hemos venido trayendo enseñanzas en nuestros antepasados desde allá. Sabemos la lucha de la Comunidad India Quilmes por la recuperación de la Ciudad Sagrada, de la resistencia de los hermanos de Colalao del Valle ante los intentos de desalojo, de la lucha de los hermanos de Tolombón también por estos mismos problemas. Nosotros nos sentimos fortalecidos por la lucha de nuestros hermanos de los valles y hemos aprendido.
- En Santiago del Estero, son ocho comunidades que han hecho un proceso de auto-reconocimiento como Comunidades o Ayllus Diaguitas.
- ¿Por qué se ha ido dando este proceso de auto-reconocimiento?
- En realidad fueron como dos procesos: uno ha sido un proceso propio, natural de las mismas comunidades durante mucho tiempo. Fueron siglos de conservar la identidad a través de la lengua, las costumbres, la forma de vida. A través de la enseñanza de lo que se transmitía, de la forma de organizarse, en quien depositar respeto.
Ha sido un proceso, hace ya unos aproximadamente diez años atrás se comenzó a hacer una especie de reflexión de las mismas comunidades sobre ese proceso. Se empezó a ponerle palabras a algo que estaba pero no se sabía cómo nombrarlo decir ‘esto es lo que somos, por eso vivimos así’.
- ¿Qué relación hay con los campesinos como organización?
- Tenemos una relación estrecha acá en Santiago del Estero, porque partimos de estar situados -tanto comunidades indígenas como campesinas-, en un mismo eje de problema: el de la tenencia de la tierra.
Quizás la diferencia está en que el reclamo de las organizaciones campesinas apunta al tema de la tierra y en el caso de las comunidades estamos hablando del reconocimiento del territorio. Pero hay una relación, propia de quien necesita aliarse en la lucha con el otro para pelear contra un enemigo común, que son los terratenientes, los empresarios que llegan con un fuerte respaldo político y que cuentan con un poder judicial e institución policial a su servicio. Todo está puesto para que ellos puedan cumplir con sus objetivos, por lo que ante ese gigantesco monstruo, hay que buscar más lo que une, que buscar las diferencias que puedan llevar a debilitar la lucha.
- ¿Qué palabras tienen para la comunidad de Amaicha, para las Comunidades Indígenas del Valle Calchaquí?
- Nosotros desde acá desde Santiago del Estero, hemos aprendido mucho de los hermanos de los tres valles de allá, desde que nos hemos reencontrado. Nuestros antepasados hace ochocientos años han bajado de esos valles y se han afincado aquí en este lugar. Así que la relación está, y hemos venido trayendo enseñanzas en nuestros antepasados desde allá. Sabemos la lucha de la Comunidad India Quilmes por la recuperación de la Ciudad Sagrada, de la resistencia de los hermanos de Colalao del Valle ante los intentos de desalojo, de la lucha de los hermanos de Tolombón también por estos mismos problemas. Nosotros nos sentimos fortalecidos por la lucha de nuestros hermanos de los valles y hemos aprendido.
Por Calchaqui
Comunidad Indígena de Amaicha del Valle
Comunidad Indígena de Amaicha del Valle
CONTRAPUNTO | Prensa Alternativa
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