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El riesgo para la salud es una constante, por la frecuente aparición de peces que mueren por la falta de oxígeno en el agua. Las autoridades recomiendan no consumirlos. |
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LAS TERMAS, Río Hondo (C) El director de Bromatología e Higiene municipal, Rubén Lobo, reveló que debido a los signos de contaminación en el embalse Río Hondo, a partir de la proliferación de algas, se implementará un estricto control de la venta de peces en la zona del Mercado Municipal. También se harán recorridos en los piletones del dique Frontal, donde se supervisará la recolección de ejemplares muertos por la falta de oxígeno y que podrían ser comercializados.
“El pescador furtivo no mide las consecuencias que puede ocasionar en la salud de la población si comercializa pescado muerto por la contaminación. El pez debe estar sano para venderlo y en la ciudad es evidente la venta de pescados al aire libre en precarios carros instalados en la vía pública, cuya procedencia desconocemos, y además no poseen medidas de higiene porque rompen la cadena de frío. Seremos implacables”, dijo el funcionario a EL LIBERAL.
Cabe recordar, que los pescadores furtivos diseminan cientos de metros de redes tipo agallera con el propósito de captar distintas variedades de cardúmenes cuando éstos flotan en la superficie como consecuencia de la falta de oxígeno por la contaminación. Indiferentes ante la problemática, los peces sin vida captados por las redes serían comercializados no tan solo en Las Termas, sino también en ciudades de la provincia de Tucumán.
Por otra parte, fuentes de Prefectura Naval Argentina de Las Termas revelaron que se intensificarán los patrullajes en el embalse, dado que la pesca furtiva podría arrojar indiscriminadamente miles de redes valiéndose de las consecuencias de los derrames industriales que provocan la mortandad de la fauna ictícola.
Contaminación
Así como existe gente que compra peces a sabiendas de los riesgos a los que se expone, en Villa Río Hondo, por ejemplo, muchas familias optaron por descartar de su menú el pescado, al menos durante los meses en que aparecen flotando sin vida en el embalse.
“Acá, en la villa ya nadie come el pescado como en otras épocas donde la gente vivía de la pesca, porque se arriesga la salud incluso la de sus hijos, ahora la gente sabe que los pobres bichos se mueren contaminados y temen por su salud. Los que vienen y buscan el pescado son los de afuera que luego lo venden”, contó Julio Ferreyra, vecino de la localidad vecina a Las Termas.
El impacto ambiental preocupa también a los pequeños productores que ven su siembra comprometida por el avance de la contaminación. “Los humedales del lago son claves para tener una buena cosecha, tenemos temor que esa capa verde y amarillenta llegue a la costa”, confesó Néstor Salvatierra, poblador del paraje El Manantial.
Varias viviendas de localidades como Isla de los Castillos, La Soledad, Manantial y la Villa, están ubicadas a 200 metros del lago y sus animales se alimentan a la orilla del lago y beben su agua. Hace dos años, los pobladores revelaban que sus animales se quedaban ciegos al consumir agua del lago y sospechaban que podría ser a causa de la capa vegetal espesa y amarillenta que despedía un olor fétido, como consecuencia de la fermentación.
Consideran que los desechos tóxicos arrojados al embalse río Hondo ocasionarán un perjuicio contra la producción y el medio ambiente de Villa Río Hondo y poblaciones aledañas.
“Llega la tarde y se siente un fuerte olor del lago, ya nos estamos acostumbrado a sentirlo”, contó Néstor Salvatierra, quien confesó además que este olor les provoca dolores de cabeza a los vecinos que viven cerca del espejo de agua. “Ahora cuando sube la temperatura y fermenta el pescado muerto, el olor es insoportable para nosotros”, resaltó.
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